
Apareció como una luz en mi noche.
Se repitió, ¡qué derroche! La alarma no me saltó.
Me atropelló. Se me metió en los rincones,
me revolvió los cajones del alma sin compasión.
"¿Y yo qué hago aquí?"
Se repitió, ¡qué derroche! La alarma no me saltó.
Me atropelló. Se me metió en los rincones,
me revolvió los cajones del alma sin compasión.
"¿Y yo qué hago aquí?"
apenas conseguí decir mientras veía
cómo desaparecía el huracán que todo lo desbarató.
¡Qué bien que te fuiste! ¡Qué bien que no vas a volver!
Y yo que creía que el mundo se hundía.
La vida aparece y sonrío otra vez.
¡Qué bien que te fuiste!
Jugueteó con mis recuerdos desnudos.
Dejó mi cuerpo hecho un nudo y lo demás lo tiró.
Subió y bajó por mis peldaños más rotos.
Me puso como una moto.
Después, sin más, se largó.
"¿Y yo qué hago aquí?" ...
cómo desaparecía el huracán que todo lo desbarató.
¡Qué bien que te fuiste! ¡Qué bien que no vas a volver!
Y yo que creía que el mundo se hundía.
La vida aparece y sonrío otra vez.
¡Qué bien que te fuiste!
Jugueteó con mis recuerdos desnudos.
Dejó mi cuerpo hecho un nudo y lo demás lo tiró.
Subió y bajó por mis peldaños más rotos.
Me puso como una moto.
Después, sin más, se largó.
"¿Y yo qué hago aquí?" ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario